Mindfulness no es una varita mágica que resuelve todos los problemas ni es una herramienta que debas integrar para conseguir mejores resultados académicos. Mindfulness es una práctica para conectar a los niños con sus cualidades escondidas.

Practicar mindfulness traerá muchos beneficios a los niños pero lo que percibirás sin ninguna duda es una mejora de la convivencia, un clima de respeto y afecto. Hoy en día los expertos en neurociencia han demostrado que nuestro cerebro es cambiante y que con prácticas de mindfulness mejoran la rapidez y calidad de nuestras neuronas así como el desarrollo de una atención más focalizada lo que ayudará a una mejora en la adquisición de conocimientos.

Introducir la actitud minfulness en un centro escolar puede llevar a maximizar la efectividad del tiempo dedicado a la función educativa. El enfoque actual, centrado en la consecución de resultados, lleva a que los educadores transmitan su ansiedad por cumplir objetivos, lo que genera dispersión, desatención, falta de concentración y desinterés por las materias. Cuando el estado emocional no es atendido correctamente, interfiere en los procesos cognitivos de atención, discernimiento, almacenaje y recuperación de la información. Los alumnos encuentran sentido a lo que están aprendiendo si el enfoque está orientado a maximizar la atención de lo que está sucediendo en cada instante, y aprenden a optimizar el nivel de claridad de sus mentes.



Mindfulness en centros educativos: Una experiencia para los sentidos y el corazón

Practicando MIndfulness en la escuela



 

10 trucos para integrar mindfulness en las aulas

Comienza por ti. Los niños repetirán lo que te vean hacer pero no harán que les digas que hagan.
Realiza prácticas sencillas y fáciles. No es necesario que inviertas mucho tiempo pero si es importante que seas regular. Ya sabes, menos es más!!
Ofrece alternativas. Es normal que haya niños que tienen resistencias a estas prácticas. Entiende que no son resistencias contra ti y no respondas como si fuera un ataque. Se flexible y ofrece alternativas donde puedan respetar el clima de silencio (descansar en un cojín o con los brazos sobre la mesa, tiempo de lectura libre o si es posible, un paseo por una zona exterior) Sea cual sea la alternativa, habrá algún momento en el que querrán intentarlo… y tú les acogerás feliz cuando llegue ese momento. Quizás no sea la mayor parte de los días, quizás sólo lo intentan durante pocos segundos… pero tú confía!! Ya has plantado la semilla…
No hay metas que alcanzar. Planifica tu sesiones y organiza el trabajo pero no lo hagas en función de unos resultados sino para construír un camino que seguir, un camino hacia nuestro mundo interior…
Usa los sonidos. Es sencillo y muy intuitivo. En todos los lugares hay sonidos, da igual que sean agradables o desagradables. Entrena el super-oído! Invítales constatemente a escuchar su entorno. Anímales a conectar con los sonidos en lugares muy ruidosos y descúbreles sonidos nuevos. Sonidos muy pequeños, sutiles, inspiradores, mágicos.
Crea momentos de silencio. Más allá de las prácticas acostumbra a los niños a disfrutar del silencio. Evita el silencio opresivo, el silencio impuesto por obligación. Se trata simplemente de compartir momentos de silencio para hablar a través de otros lenguajes.
Despierta los sentidos. La experta Eline Snell reconoce que los sentidos juegan un papel fundamental para el entrenamiento de la atención. Lo que oyes, hueles, sientes o saboreas lo haces justo en ese momento, en el aquí y el ahora. Introduce actividades en las que los sentidos sean los protagonistas!
Acompaña las emociones. Intenta que los niños aprendan a aceptar sus emociones evitando elaborar juicios o pensamientos sobre ellos. No analices su emoción, simplemente ayúdale a conectar con ella. Cual es su color, su forma? Qué intensidad tiene? Que te produce en el cuerpo? picor, cosquilleo, dolor, presión? Ayúdales a comprender sus emociones desde un lugar distinto, modifica sus patrones neuronales aprendidos.
Enséñales a respirar. La respiración es una herramienta poderosa que puede ayudarles a regular su energía vital, a controlar sus estados emocionales y proporcionarles calma y sosiego si saben cómo usarla. Practica regularmente ejercicios de respiración. Habla a menudo sobre ella, al fin y al cabo, nunca dejamos de respirar, ella siempre está con nosotros!!
Usa herramientas y ponlas a su alcance. La botella de la calma, los libros de mandalas, los juegos para respirar, la mascota para acompañarnos en momentos difíciles, los cuentos, las linternas o los sacos con olores… son herramientas que tienen sentido si están disponibles para ellos. Preséntalos un día por sopresa pero crea un rincón o una caja donde siempre puedan acudir para cogerlos cuando los necesiten.